lunes, 5 de marzo de 2012

Retroalimentación orientada a resultados



Fomentar la buena comunicación, el reconocimiento y la retroalimentación de los jefes a sus colaboradores está directamente relacionada con el desempeño de las personas y, por lo tanto, con los resultados organizacionales.

Frecuentemente los colaboradores evitan comunicar a sus jefes cuando algo anda mal, no hay disposición a la creatividad y se cierran relativamente a cualquier cambio que implique un riesgo.

Esto se debe a que los jefes orientados a resultados aparentemente pueden ser muy efectivos y conseguir cualquier objetivo, pero constantemente presionan a sus subordinados para que logren mayor productividad y mejor calidad en su trabajo, lo que genera temor en su equipo, sin que exista una retroalimentación.

Al hacer una retroalimentación efectiva, debemos diferenciar entre realizar "Afirmaciones" acerca del comportamiento de la persona y evitar hacer "Declaraciones" acerca de quién la persona "es" o "no es".

Cuando hacemos una afirmación o retroalimentación positiva, nuestro compromiso es: con la veracidad de lo que hemos dicho, lo cual implica proveer demostraciones, si son requeridas. Buscamos informar a la persona acerca de su comportamiento y las consecuencias de éste. No buscamos "formarla", en el sentido de definir quién es. No necesitamos hacer declaraciones.

Cuando hacemos una declaración asumimos con arrogancia que tenemos la autoridad para hacerla y nuestro compromiso es: que nos vamos a comportar de forma consistente con la declaración. Sin embargo las personas son demasiado complejas y multifacéticas como para que nosotros arrogantemente creamos que tenemos la autoridad para poder definir con exactitud "quiénes son y no son" o “lo que pueden o no pueden ser en el futuro”. Podemos asumir que una persona es un líder, pero no podemos decir de forma responsable en nuestro compromiso que nunca realizara comportamientos que no sean dignos de un líder.

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