Es una fórmula comercial adaptada a las necesidades
de los ciertos minoristas, restaurantes, cafeterías, hoteles y otros
proveedores de servicios de gran consumo, como algunas instituciones o centros
educativos. El mayorista nunca vende al consumidor final. Para acceder a estos
establecimientos, se debe tener una tarjeta o identificación que acredita la
condición de minorista.
• Tiene
una política comercial fundamentada en el precio y en las continuas ofertas.
• Conoce
bien a sus clientes, su consumo y necesidades.
Estos establecimientos se sitúan a las afueras de
las ciudades y tienen una superficie dedicada a la venta en torno a los 2.000
m².
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